Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de 2016

Me gusta tu olor

Si has estado en África subsahariana, sabrás de lo que hablo. Si no, pídele a alguien que te lea mi relato despacio y cierra los ojos. Trasládate con la imaginación al “Grand Marché” de Porto Novo, en Benín . Visualízate paseando inmerso en un calor sofocante, entre un sinfín de tenderetes obligándote a ralentizar tus movimientos, y agudiza los sentidos.  El recorrido va perturbando tu olfato con multitud de olores mientras graban emociones fuertes en tu mente.  A tu derecha descubres delicados perfumes de frutas maduras de vivos colores, que te sumergen en un paraíso desconocido lleno de dulces. Mientras el olor espeso a polvo rojo, como la tierra que pisas, es seco y agrio. Polvo que se filtra a través de esa pelusilla de las aletas de tu nariz, que tendrás que limpiar cada noche si deseas volver a zambullirte en nuevas fragancias a la mañana siguiente. A tu izquierda, guindillas enanas tan rojas como la sangre, que te harán estornudar haciendo sonreír socarr

Libertad y césped

Cada uno de nosotros hemos nacido en una realidad histórica concreta, regida por unas tradiciones, leyes, valores y en un marco económico y político determinado. Damos por sentado que es lo natural, por lo que es inevitable e inmutable. Y olvidamos que todo nuestro mundo es resultado de una cadena de eventos accidentales. Ayer por la mañana crucé a toda prisa por la Plaza de Catalunya. A punto estuve de atravesarla por encima del césped. Me frenó la mirada de pocos amigos de un “mosso d'esquadra” enorme. Y sobre todo ese letrerito, escrito en todos los idiomas del mundo, que seguro habréis visto en muchos parques que dice: Prohibido pisar el césped . Así que obediente a la normativa, di el rodeo establecido. No me quede tranquila. Más bien incomoda con la norma, no por ser un reglamento, que hay que haberlos en cualquier lugar donde se conviva. Si no, porque siempre me pareció una pauta extraña. Y ya era hora que me la cuestionara. Pregunté por mis cercanías qué razó

Espera un poco

Te he visto allí, al borde de ese arbusto en flor, esperándome. Erguida, sobria. Tu cuerpo esbelto, tus fuertes brazos y largas piernas luciendo bajo los primeros y tenues rayos de luz de la mañana   Eres una depredadora, sé que me has localizado con tus grandes ojos que disponen de una aguda y certera mirada. Fría, distante, esclava de tu códice interno tanto como yo. Aun sabiendo el probable desenlace de nuestro encuentro, lo ansío. Mi naturaleza es implacable y el deseo de acercarme a ti es brutal. Aquí me tienes. Pero espera un poco. Deja primero que mi insignificante ser conozca el gozo. Me soltare, pero ahora aguarda un instante y deja que te escriba mi código en tus entrañas. Espero seducirte, poseerte sin perder el control, evitando caer atrapado entre tus garras. Si esperas, nuestra descendencia tendrá más oportunidades ante cualquier imprevisto. Luego, harás lo que tu instinto te dicte y probablemente arrancarás de cuajo mi cabeza, desgarrando

Las cosas "NO" son así y punto

Dicen que cuando el sabio señala la Luna, el necio mira el dedo. Proverbio chino    Fotografia de @CdeCiencia La mayoría hemos recibido una educación basada en certezas. No solo en el colegio, sino en casa. Seguro que, en algún momento, alguno de vuestros progenitores, cuando ya cansados de vuestras preguntas, sentenciaron: “Es así porque siempre ha sido así y punto” o “Es así porque lo digo yo”  Se negaban, tanto a ellos como a nosotros, la posibilidad de razonar, de dudar que lo aprendido tal vez fuera erróneo.   A medida que fui leyendo divulgación comprendí que la ciencia es un proceso, no un dogma. Un procedimiento para aprender, para saber cómo funcionan las cosas y no un conjunto de las que ya se saben. Que, en ciencia, es más importante aprender a hacer preguntas que a encontrar respuestas. Recuerdo la revelación de la palabra contingencia por parte de Stephen Jay Gould, hablando de evolución. Las cosas son así, pero hubieran podido ser de otra forma y sobre

El miedo y la luz

  Todavía, en ocasiones, no podía evitar revivir lo ocurrido con verdadero pánico. Ese grito de aviso mientras el equilibrio de la estructura de la fábrica se resquebrajaba. El brutal trueno que produjo el desgarro del edificio mientras reventaba por dentro. De pronto el miedo, que se agolpaba en su garganta sin dejarlo respirar, puso en marcha el efectivo sistema de reacción resultado de una cuidadosa evolución, y se agachó rápidamente bajo la mesa de trabajo. Polvo, humedad, fuertes olores metálicos, el roce de roedores corriendo desesperados. Los cristales de los grandes ventanales explotando. Luego llegó el silencio y la oscuridad.   Tal vez perdiera el sentido, pues no recordaba tener ninguna noción del tiempo. Se sentía asustado y oprimido bajo el mostrador, pero no le dolía nada. Intentó serenarse y respirar lentamente mientras volvía a abrir los ojos, que había mantenido cerrados todo el tiempo que duró el derrumbe. Por una rendija entre los escombros se escurr

Efecto Mpemba

Continuacion de Un descubrimiento muy "cool"         Mpemba observó un hecho curioso en el proceso de congelación del agua, un proceso que oculta aspectos sorprendentes de una de las sustancias más anómalas de la naturaleza. El agua presenta una estructura que el arte y la arquitectura se han encargado de imitar. En la década de 1940, Kenneth Snelson (por entonces estudiante de artes plásticas) desarrolló una escultura que mantenía su equilibrio exclusivamente mediante la tensión de sus componentes. La estructura, a la que bautizó como Simplex , presenta una paradójica forma con el concurso de dos tipos de elementos que no se tocan entre sí. Las barras en el interior soportan esfuerzos de compresión, mientras que los hilos de la periferia están sometidos a tensión. Basada en la repetición longitudinal del Simplex, Snelson construyó en 1968 la Needle Tower , de 18 metros de altura y expuesta en el exterior del Museo Hirshhorn y Jardín de Esculturas

Un descubrimiento muy “cool”

“Lo improbable asombra a todo el mundo,   lo cotidiano solo al genio” Jorge Wagensberg Cuando oí hablar por primera vez de esta historia me pareció hermosísima. Cómo la tozudez de un adolescente puede hacer temblar al establishment. Cómo la mente de ese chico de 13 años, llamado Erasto Mpemba, no se dejó doblegar por la autoridad imperante de la escuela Mkwawa de Iringa en Tanzania. Y tampoco cedió a las burlas de sus compañeros. ¿Cuántas veces hemos pensado que algo no encajaba, que había un error y nos hemos dejado llevar por las opiniones de la mayoría?   -nos decimos- Tanta gente no puede estar equivocada, soy yo que no comprendo y olvidamos el asunto. Pues Erasto no olvidó. Ahí está, para mí, su heroicidad.   E hizo un descubrimiento muy “cool” , (frio y muy guay a la vez), como titula el artículo que publicó junto al profesor Denis G. Osborne, que tuvo la lucidez de no reírse de las preguntas de Mpemba. Los niños de todo el mundo nos hemos divertido hac