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Mostrando entradas de marzo, 2019

El secreto de Valentina

Había que aguantar unos días más, solo unos días. Se repetía Valentina. Estaba todo organizado y a punto. Si todo salía bien, como debía ser, se sentiría la mujer más afortunada de la Unión Soviética. Y sin duda habrá valido la pena asumir el riesgo.               De camino a la casa familiar Valentina hizo una parada en el economato donde cada quince días se podía adquirir ternera. Llevaba dos años contándole una patraña a su madre y quería cocinar algo especial para ella ese fin de semana.                 Mientras sujetaba con el brazo izquierdo la compra, introdujo la llave en la cerradura de la puerta y la abrió apoyándose en ella de espaldas.                  —¡Madre! ¡Soy yo! —gritó cerrando la puerta con un fuerte puntapié que hizo vibrar los cristales de las ventanas.                Nadie respondió.                —¿¡Madre!?                La casa estaba vacía. Valentina se sacó las botas, se dobló las perneras de los pantalones hacia arriba y fue descalza dire