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Mostrando entradas de julio, 2020

Neander

El día que le conocí me había alejado del clan para subir al cerro y recolectar plantas para la ceremonia en honor de mi predecesora. Ania había muerto en silencio esa misma noche.         A pesar del intenso frío, la primavera había hecho explosionar la vida en todos los rincones del paisaje atenuando mi tristeza por la partida de mi mentora. Llevaba ya un buen rato y había llenado la alforja de piel de venado con flores y plantas necesarias para el ritual, así que decidí regresar para empezar con los preparativos.          Fue entonces cuando oí un ruido sordo detrás los matorrales que tenía delante. Mi corazón latió con fuerza y tensé el cuerpo, agarré el arco que colgaba de mi hombro con una mano y con la otra una de las flechas que sobresalían por detrás de mí cabeza con la que tensioné la ballesta. Despacio, sin hacer ruido, me agazapé como un leopardo, agudicé mis sentidos y esperé.          Al poco, escuché otra vez ese ruido gutural que no sabía identificar. Entonces, al