Hace poco leí que Sócrates aborrecía los libros. Imaginaba que los libros hundirían a la humanidad en la ignorancia. Sostenía que los conocimientos habían de transmitirse oralmente y de sabio a sabio para no prostituir su contenido. Sócrates, maestro de Platón y este último de Aristóteles, vivió hace dos mil ochocientos años, así que no pude enfadarme con su ceguera, sin embargo, me sorprendió y decidí profundizar sobre el tema. Tirando del hilo una cosa me llevó a otras. Sócrates decía que cada vez habría más libros siendo imposible conocerlos todos y menos aún poder separar el grano de la paja. Lo verdadero se embrollaría con lo falso, lo correcto con lo erróneo, lo ilustrado con lo indeseable. Decía que el exceso de información entorpecería el avance del conocimiento. Esto me suena de algo, ¿a vosotros no? Por suerte, su alumno Platón no compartía esa visión sombría sobre la cultura escrita, y por ello hoy podemos leer en su libro Febro lo que pensaba Sócrate
Aprendiendo a narrar historias inspiradas en la ciencia y en sus protagonistas. Adicta a los libros y a los de divulgación en especial. Editora en @hypatiacafe