En un rincón del universo, existe un pequeño oasis azul llamado Tierra. Cinco mujeres dedican su vida a proteger la belleza y fragilidad de este planeta.
Carl Sagan tituló “Un punto azul pálido” a uno de sus imprescindibles libros, en homenaje a la fotografía que hizo la Voyager 1 antes de desaparecer de nuestros radares para siempre. Ese puntito minúsculo, allí suspendido en la inmensidad del desconocido y silencioso universo, nos estremece alentándonos a filosofar. Nuestro hogar es tan solo una bolita rocosa inundada de agua azul. Insignificante y a la vez misteriosa de la que vale la pena preservar su extraordinaria diversidad todo lo que sea posible, incluido el homo sapiens. Todos sabemos que, en estos momentos, nuestro planeta y con él nosotros, estamos inmersos en una la triple crisis que a los humanos nos puede costar la vida: el cambio climático, la pérdida de naturaleza y biodiversidad, y la contaminación y los desechos. Ante catástrofes medioambientales, errores humanos o peligros inminentes siempre hay personas que dedican su vida a buscar soluciones, y esta vez quiero contaros los proyectos de ci