Cada uno de nosotros hemos nacido en una realidad histórica concreta, regida por unas tradiciones, leyes, valores y en un marco económico y político determinado. Damos por sentado que es lo natural, por lo que es inevitable e inmutable. Y olvidamos que todo nuestro mundo es resultado de una cadena de eventos accidentales. Ayer por la mañana crucé a toda prisa por la Plaza de Catalunya. A punto estuve de atravesarla por encima del césped. Me frenó la mirada de pocos amigos de un “mosso d'esquadra” enorme. Y sobre todo ese letrerito, escrito en todos los idiomas del mundo, que seguro habréis visto en muchos parques que dice: Prohibido pisar el césped . Así que obediente a la normativa, di el rodeo establecido. No me quede tranquila. Más bien incomoda con la norma, no por ser un reglamento, que hay que haberlos en cualquier lugar donde se conviva. Si no, porque siempre me pareció una pauta extraña. Y ya era hora que me la cuestionara. Pregunté por mis cercanías qué razó
Aprendiendo a narrar historias inspiradas en la ciencia y en sus protagonistas. Adicta a los libros y a los de divulgación en especial. Editora en @hypatiacafe