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Mostrando entradas de julio, 2016

Números para entrever lo infinito

Para ver el mundo en un grano de arena, y el cielo en una flor silvestre, abarca el infinito en la palma de tu mano y la eternidad en una hora Como la mayoría de nosotros tengo experiencias de mi infancia en las que recuerdo la casa de mis tíos, o la panadería de mi barrio, con un tamaño mucho más grande de lo que pude comprobar de mayor. Siempre me sorprendió ese fenómeno y he tenido curiosidad por saber por qué ocurría. Ahora sé que, sin duda, mi sentido de la escala estaba dañado como del que creó las idealizadas figuras de El Greco . Exageraba las dimensiones físicas, los detalles de mi pequeño hábitat tanto como el impacto emocional que me causaban. Este es solo un ejemplo de cómo los humanos distorsionamos la realidad. La evolución nos ha dotado de una visión de la vida a escala humana. Solo prestamos atención a lo que ocurre a nuestro alrededor, nos interesamos por los objetos que podemos ver y contar con los dedos de una mano. Nuestro sentido del tiempo solo ref

La decisión de un pequeño suricato

La falta de lluvias ha forzado la decisión de moverse hacia el sur. Hay que asumir el riesgo y alejarse de la protección que ofrece la gran madriguera subterránea. En las comunidades de suricatos los jefes siempre son hembras. Son ellas las que toman la decisión de hacia dónde ha de dirigirse la gran familia para obtener alimento y asegurar la viabilidad de las crías. El centinela dejo de entonar el canto monótono de: “tranquilos no hay peligro a la vista” y dio el grito de alarma. Toda la manada se puso en alerta y se agrupo.   Erguidos, sobre sus patas traseras y su larga cola, dispuestos a defenderse todos juntos y atacar al depredador que se acercaba por el aire. Una cría se había quedado rezagada. La lotería evolutiva había equipado al pequeño suricato con un disfraz   perfecto para pasar desapercibido en el desierto. El color de su pelaje podía confundirse con las ocres arenas de la sabana del Kalahari.   Sus mayores enemigos son las aves rapaces, como el águila que se

La mano de Anna Bertha Roentgen

Cuando Wilhelm me pidió que pusiera la mano bajo la placa, no lo dudé ni un instante. Le había ayudado centenares de veces en sus trabajos de investigación. Compartía con él la idea de que había que experimentar, no solo pensar. Conocía la importancia que su trabajo podía suponer para el futuro de la humanidad. Así que lo hice, sin miedo.       Cuando vi la fotografía de los huesos de mi mano desnudos, descarnados, la imagen de la muerte y de la insignificancia del hombre se me hicieron patentes. Se fijaron en mi mente para siempre. Solo esa amada joya que es mi anillo de compromiso daba sentido a la angustia existencial de la experiencia.        Anna Bertha Roentgen fue la mujer del primer galardonado con el premio Nobel de física en 1901, Wilhelm Conrad Rontgen . E n 1895 produjo radiación electromagnética en las longitudes de onda correspondiente a los actuales rayos X . Ese día, entre los dos, hicieron la primera radiografía.        Que el físico no quisiera que l

Bosque de baobabs en el Sahel

El tiempo y el espacio en África Subsahariana tiene otra dimensión a la que a un occidental le cuesta adaptarse. La naturaleza tiene sus leyes y los que tenemos la suerte de haber nacido en Europa, la crueldad de tales normas la amortiguamos con sofisticada tecnología. El astro rey se hace más omnipotente en el Sahel. Cuando sales a la calle has de bajar el ritmo de tus constantes para no agotarte. Mejor hacerlo todo despacio. Nunca hay que correr no es elegante ni está bien visto, nos recuerda ese binomio cultura-supervivencia. Ahorrarás energía que luego vas a necesitar.   Cuando el sol cae a plomo lo mejor es sentarse a la sombra y contar historias, adormecerse o simplemente dejar pasar el tiempo junto a tus amigos. Estoy sentada bajo un milenario y majestuoso baobab, protegida por su generosa sombra. Siento la emoción que siempre me invade cuando estoy en África. Es donde se me hace más patente que formo parte de la misma naturaleza que el universo. Tal vez porque me

Armada como Ockham con esta útil navaja

Soy una romántica, hija del posmodernismo. He leído a Freud, a Marx, a Rousseau, Sartre, Nietzsche entre otros. Me transmitieron una idea oscura del hombre y de la sociedad a la vez que una tremenda desesperación existencial. Con el tiempo me he acogido a una regla empírica muy sencilla.   Dice que si las ideas filosóficas de cualquier índole, me confunden, entro en bucle y me cierran puertas a otras opciones, posiblemente sean erróneas. Eso me motivó a buscar objetividad y me fui acercando a la ciencia, armada como Ockham con esta útil navaja   Curso de escritura científica creativa   @DivuLCC