Ir al contenido principal

La dama de la física



Descargó su furia a través de la ventana abierta con un grito intenso. No se iba a rendir, de ninguna manera.  De pronto un fuerte dolor punzante la hizo doblarse sobre sí misma y cruzó los brazos sobre su tórax amoratado. Al no poder dilatar su lamento sonoro se sentó en la cama colocando los cojines de manera que el cuerpo le doliera lo menos posible.

   Cuando la Policía Armada Popular China consiguió entrar en el vestíbulo de la Universidad se ensañó con una fuerte paliza a las pocas chicas qué se atrevieron a ir.  Ella junto a sus amigos se habían atado unos a otros con cuerdas haciendo una barricada para no dejarlos pasar, pero pasaron a golpe de porras, patadas y culatazos. 

   Para Chien-Shiung la física no era sólo una asignatura, era una manera de entender la vida, su vida. Cuando pudiera volvería a la carga a luchar por el derecho de las mujeres a ir a la Universidad. A participar en las revueltas de estudiantes, en las marchas, en las asambleas, a imprimir octavillas para informar a la población de lo importante que era que todos tuvieran derecho al conocimiento. Y así lo hizo.

   Llevaban meses de protestas. El cuerpo de Chien-Shiung todavía lucía moratones verdosos, cuando recibió la carta de la Universidad de Nanjing. Ese sobre contenía todo su futuro y un poquito o mucho del nuestro.

 

El ingeniero Wu Zhong-Yi, padre de Chien-Shiung Wu, amaba el conocimiento. Decía qué era lo único que podría salvar a la humanidad. Estaba tan convencido de ello qué creía que todas las personas, tanto hombres como mujeres, debían estudiar, y estudiar lo que quisieran.    

   Chien-Shiung nació en 1912 en la reciente república China establecida en 1911 después de derrocar a la última dinastía imperial de China (la dinastía Qing) tras una cruenta revolución. 

   Por aquel entonces, a las chicas se las educaba exclusivamente para servir a sus maridos y para ser madres. Pensad que en aquella época todavía se ataban con vendas los pies a las niñas para no dejarlos crecer normalmente y deformarlos para qué parecieran los de una chiquilla. Cuanto más pequeño era el muñón más atractivo y bello era según los cánones de la época. Una crueldad culturizada como muchas otras en el mundo.

   Por suerte para Chien-Shiung, y para nosotros, su padre era un hombre cultivado, avanzado a su época. No solo no ató con vendas sus pies, sino que fundó una escuela para qué las niñas pudieran estudiar. 

   Chien-Shiung descubrió, en la escuela de su padre, que le encantaban las ciencias y en especial la física. Una vez terminó la escuela deseaba seguir aprendiendo desde la universidad, sin embargo, estaba vetada para ella. A las mujeres no se les permitía acceder a la Universidad. 

   En 1930 los estudiantes lideraron protestas y manifestaciones exigiendo, entre otras cosas, que a las mujeres se les permitiera acceder a la Universidad. La solidaridad estudiantil hizo que los cimientos de una cultura fuertemente patriarcal tambalearse un poco. 

   La carta qué recibió de la Universidad de Nanjing Chien-Shiung Wu esa mañana le comunicaba que era admitida en la facultad de físicas. Un logro para todos ya que, a partir de ese día, nuestra heroína, no paró hasta llegar a lo más alto, aunque no se le reconociera como se debiera.

   Chien-Shiung una vez licenciada en física se convirtió en profesora universitaria, pero la tarima del aula le quedó pequeña, quería saber más. Deseaba conocer a fondo los estudios del átomo qué se estaban realizando en EE. UU.. Así que solicitó una plaza en la Universidad de Míchigan y consiguió una beca para investigar allí. 

   De camino visitó a un amigo en Berkeley. Y, ¡ay! Allí se enamoró del qué luego fue su marido Luke Chia Yuan que junto al profesor O. Lawrence, responsable de construir el primer acelerador de partículas, le convencieron para que se quedara a estudiar allí. 

   Pronto, Chien-Shiung se convirtió en "La autoridad" por ser la mayor experta en fisión nuclear (reacción donde el núcleo del átomo se divide en dos generando energía). Ello le dio acceso a participar en el conocido Proyecto Manhattan, programa contrarreloj para adelantarse a Alemania en la creación de la inhumana bomba atómica.

   En aquellos días Estados Unidos entró en guerra con Japón y a pesar de no ser japonesa, por sus rasgos orientales, muchos compañeros empezaron a despreciar a Chien-Shiung y consiguieron que la apartaran del proyecto. Los más ignorantes y paranoicos decían qué colabora con el enemigo. Una locura.

   Para evitar conflictos, el matrimonio se trasladó a la Universidad de Princeton donde Luke obtuvo una plaza de profesor y ella empezó a trabajar en una escuela femenina. Pasado un tiempo y gracias a su amigo Lawrence le consiguieron una plaza de profesora de física en la misma Universidad, convirtiéndose en la primera mujer de esa universidad.

   Allí, volvió a sobresalir colaborando con Tsung Dao Lee y Chen Ning Yan. Chien-Shiung Wu es conocida principalmente por un experimento en particular, el primer experimento en demostrar, de forma inequívoca y definitiva, que la anterior suposición de que se conservaba la paridad en la fuerza nuclear débil no era válida. Por ello hubiera tenido que ganar el Nobel de 1957 junto a sus compañeros de investigación Tsung Dao Lee y Chen Ning Yan, sin embargo, nadie reconoció su trabajo. 


Con esta entrada participo como
#polivulgador de @hypatiacafe sobre #PVmujerciencia23




Comentarios

Entradas populares de este blog

¡Regresa maldito!

A veces el blanco puede ser agresivo para la retina del que mira; ese color que los posee todos; símbolo de pulcritud, de pureza; pero también de dolor, no en vano en algunas culturas es el atuendo de la muerte. Cuerpo enjuto debajo las sabanas; rodillas como montañas puntiagudas de las que resbalan pliegues níveos como en la piedad de Miguel Angel. Hedor agrio. Tubos; cordones umbilicales que salen de la paredes, y que sin su consentimiento lo atan a la vida penetrando por sus orificios. Manos frágiles, solo huesos y piel; dulce piel, cálida piel que me quemó para bien y para mal. Mejillas hundidas en dos huecos profundos y cuarteados. Esa palidez… parece dormir, ¿lo hace? Sus finos labios parecen pergamino, han oscurecido acercándose al morado del penitente que suplica perdón ¿lo pide? Los pulmones manchan el aire con dificultad, sin fuerza para levantar el costillar. Párpados cerrados, como pellejos curtidos. ¿Cerrados? y esa grieta... ¿son pestañas o me mir...

La mano de Anna Bertha Roentgen

Cuando Wilhelm me pidió que pusiera la mano bajo la placa, no lo dudé ni un instante. Le había ayudado centenares de veces en sus trabajos de investigación. Compartía con él la idea de que había que experimentar, no solo pensar. Conocía la importancia que su trabajo podía suponer para el futuro de la humanidad. Así que lo hice, sin miedo.       Cuando vi la fotografía de los huesos de mi mano desnudos, descarnados, la imagen de la muerte y de la insignificancia del hombre se me hicieron patentes. Se fijaron en mi mente para siempre. Solo esa amada joya que es mi anillo de compromiso daba sentido a la angustia existencial de la experiencia.        Anna Bertha Roentgen fue la mujer del primer galardonado con el premio Nobel de física en 1901, Wilhelm Conrad Rontgen . E n 1895 produjo radiación electromagnética en las longitudes de onda correspondiente a los actuales rayos X . Ese día, entre los dos, hicieron la primera...

Ameni y los ahoras

Mi pequeñísimo protagonista vivió hace muchos miles de millones de años y le ocurrió algo sorprendente, algo tan mágico que es digno de ser contado.      Ameni, inmediatamente después de venir al mundo ya se desliza por las cálidas aguas del trópico junto a sus congéneres, e impulsada por su código interior, va en busca de un hábitat suficientemente rico en plancton para residir definitivamente.      Ameni es de un brillante y translúcido color azul y se parece a una pequeña anémona de cuerpecillo alargado. Puede desplazarse gracias a doce apéndices situados en un extremo con un esquemático sistema nervioso dirigido por un tosco cerebro. Es preciosa, pero nadie sabe que Ameni es rara, ha nacido con una pequeña diferencia en sus genes, una mutación.     Sus colegas se están agrupando. Se dirigen al fondo del mar donde hay unas grandes rocas marrones llenas de agujeritos.   Ameni percibe como sus comp...

Kogi, una nueva mirada al pasado.

  Kogi abrió los ojos sin saber quién era ni dónde estaba. Oscuridad, olor a humedad y a algo dulzón. La confusión la atemorizó. Alzó la vista. Solo pudo ver un trozo de cielo azul amenazado por nubarrones.      Recordaba… Había caído por un socavón del terreno que permanecía cubierto por maleza mientras corría detrás del uapití. No era demasiado profundo, así que solo había que trepar unos metros. Al intentar incorporarse la atravesó un dolor que la obligó a doblarse hacia delante.     Cuando llegó al suelo, al caer se había clavado su propio arco en un costado del abdomen. Instintivamente se lo extrajo con rapidez lanzando un grito estremecedor.      Había que taponar la herida. La vendó  con tiras de cuero que fue arrancando de su atuendo.     Contó hasta tres e intentó ponerse de pie. Imposible. Definitivamente era inviable levantarse y trepar.     No muy lejos, se oyeron lo...