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Superstición - Un microrrelato


Superstición  - Un Microrrelato




Muchos miembros del clan enfermaron después de comer ese nuevo fruto. Todavía no podían saber qué fue lo que les enfermó en realidad y por correlación de acontecimientos decidieron que el causante tenía que ser ese sabroso y dulce jugo. Los supervivientes creyeron oportuno prohibir su consumo a sus congéneres y descendientes. Contaron historias, inventaron ritos, crearon arte dibujando la silueta de la planta una y otra vez en madera, en sus herramientas, en sus tejidos y en su memoria, para no olvidar lo sucedido

 

 Siete mil años después se sabe que la Ligubia no es venenosa, y que probablemente lo que causó tantas muertes fue una bacteria que habita en el tracto intestinal de los osos pardos, llamada enterococus faecacis. Pero en la isla sigue estando prohibido su consumo, por lo sagrado de su condición. Nadie recuerda ya el motivo real.

Toda una sin razón



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