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Elogio a la duda


 “El ignorante afirma y el sabio duda”, afirmaba Aristóteles. ¿La duda? El principio de la sabiduría”, aseveró Descartes. Aunque Borge la imagino como “uno de los nombres de la inteligencia”. “Los ignorantes niegan o afirman rotundamente”, afirmaba Voltaire remachado por Russell al sentenciar que “los ignorantes están completamente seguros y los instruidos llenos de dudas”

Está claro que si no hay cierto escepticismo y vacilas, el interés por aclarar la cuestión desaparece. Cuando dudas, te cuestionas. Y si cuestionas, buscas y contrastas para al final hacerte preguntas. Sin darte cuenta has comenzado a emplear el método científico

 

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