Pepita nació en Barcelona en 1935, unos pocos meses antes de empezar la
Guerra Civil Española, en el seno de una familia acomodada. Su padre médico y
si madre “sus labores” Que mal me ha sentado eso siempre, ¿es que un médico no
se dedica a sus labores? ¿O es que se refiere solo a los bordados?
El matrimonio tuvo dos hijas, Josefina fue la pequeña. En todas las
biografías que he encontrado dice que sus padres eran conscientes de que la
profesión de médico no podía pasar a la siguiente generación. Me pregunto el
porqué, ¿porque eran chicas? ¿Pepita
habría seguido los pasos de su padre médico, si hubiera sido chico? De todas
formas, su posición les permitió darles una buena formación a sus dos hijas.
Primero en un colegio cerca de casa, luego en uno de monjas, y antes de entrar
en la universidad estudio en el instituto Montserrat del barro de Sant Gervasi.
A pesar de la dura posguerra paso una infancia y adolescencia feliz. La familia veraneaba en Castelldefels donde
tal vez gemino su pasión por el mar
Josefina empezó a
estudiar biología en la universidad de Barcelona a la edad de 18 años. En las
clases solo había una media de matriculados de 12 alumnos. Se licenció en 1957
con 22 años, por aquel entonces ya sabía que quería dedicarse a la
investigación. Así que se fue a estudiar a Francia y allí se especializó en
oceanografía, se licenció con 25 años. Sus primeras expediciones fueron bajo
bandera francesa e hizo de profesora en la universidad de la Sorbona. Al volver
a Barcelona siguió sus investigaciones en el CSIC, primero en el laboratorio y
luego cuando el Estado Español tubo barcos oceanográficos pudo enrolarse y
seguir sus investigaciones en el mar donde había sus objetos de estudio y
podría analizar cómo se comportaban en medio de las corrientes marinas.
Tal como cuenta ella
misma era mujer y joven, nadie le hacía mucho caso. Hasta que conoció a Antoni
Balleste un biólogo obsesionado con la Antártida. Decía que el futuro de la
ciencia estaba en esas tierras, que eran la memoria viva del planeta, el último
lugar virgen de la tierra. Una zona sin amos ni gobiernos, tal vez la última
utopía terrestre. Colaboraron en varias investigaciones en África y luego en el
estudio del impacto medioambiental de la central nuclear de Vandellòs.
Creo importante
resaltar aquí, lo transcendental que es para una mujer científica el apoyo de
un colega, un marido que las avale delante la comunidad científica. A M. Curie
no le abrían dado el premio Nobel si su marido no hubiera intercedido por ella.
Me pregunto cuántas de ellas no tuvieron tal suerte, no es justo ni ético.
El 27 de diciembre de
1986, Pepita Castellví, Antoni Ballesté, Agustí Julia y Joan Rovira plantaron
por primera vez la bandera española en la Isla de Livingstone. Al año siguiente montaron el primer
campamento del Consejo Superior de Investigaciones Científicas en la Antártida.
Estar en el tratado antártico era una cuestión de prestigio internacional, pero
también de calidad del tejido científico. Les costó, pero al final se lo
tomaron en serio y hasta el ministro Javier Solana llego a visitar la base.
Ballesté sufrió un accidente cerebrovascular en el año 1988 en Polonia,
que lo incapacitó físicamente. Josefina se planteó abandonar el proyecto. Luego pensó que no podía olvidar el sueño de
tantos años ahora que lo tenía tan cerca. Que si no lo hacia ella no lo haría
nadie. Y así fue como se convirtió en la
primera mujer española que encabezó una la base científica en la Antártida, la
que habían bautizaron como Juan Carlos I. Pepita tenía 52 años y hasta 1997 se
encargó de dirigir la base donde vivían 12 personas durante todo el año. Desde
1995 y hasta su jubilación dirigió el instituto de las ciencias del mar del
CSIC. Compaginando siempre su labor de investigación con la escritura de libros
de divulgación. El más conocido es el titulado “Yo he vivido en la Antártida”
Sigue activa, colaborando con el
“Consell Assessor per al Desenvolupament Sostenible, de la Generalitat de
Catalunya”
Para Pepita la experiencia en la Antártida le ha reportado no solo
conocimientos si no fuertes emociones. Como ella misma dice, la investigación
requiere paciencia, perseverancia y perfeccionismo. La Antártida es un enorme
laboratorio natural en el que se puede leer en el hielo, la vivencia de la
Tierra de hace millones de años i analizar estas escrituras permite comprender
la evolución del planeta y la vida que hay en él. La importancia de este
desierto helado, es que el frio hace que sea un sitio ideal para estudiar los
mecanismos de adaptación de todos los seres vivos que han de cambiar su
estructura para sobrevivir, ya que si no lo hacen se extinguen como ha pasado
con los arboles i plantas que han desaparecido en la Antártida
Me ha ocupado mucho tiempo buscar información sobre su trabajo en
concreto y me ha sido imposible encontrar en la red en qué consisten más
detalladamente las investigaciones de Josefina.
Solo he encontrado menciones al estudio actual de los valores de la capa
de ozono en la
estratosfera, la evolución del aire y el CO2. Que haciendo
predicciones pueden aconsejar a gobiernos para tomar decisiones que afecten al
futuro de la humanidad.
Importante es el estudio del sistema inmune de los pingüinos a ciertos
patógenos que se están extendiendo con el calentamiento global. Eso servirá
como futuras vacunas o remedios para las nuevas enfermedades que puedan generar
Me ha gustado leer como describe Pepita el largo viaje y las escalas que
hay que hacer para llegar a la base Juan Carlos I. Embarcar en el “Hesperides”
en Punta Arena, Chile, para dirigirse a la isla de Decepción, con su volcán
activo. La primera tierra Antàrtida, es una hermosa combinación violenta de
fuego y nieve. Cruzando el mítico paso “Drake “ donde chocan el océano
atlántico y el pacifico sur, pesadilla de los marineros durante siglos que
tenían derecho a ponerse un pendiente cada vez que lo cruzaban. Que el hielo
corta como un cuchillo y es capaz de cortar la lona de las embarcaciones
hundiéndolas en el helado mar.
Descubrieron más de 100 especies nuevas sobre todo líquenes. En el fondo
del mar hay una cantidad enorme de esponjas, animales y plantas. Como la
esponja a la que llamaron chupa-chups por lo similar de su forma con el
caramelo. Como describe las espectaculares fumarolas de vapor de agua y lo
peligrosas que pueden ser cuando son de gas venenoso.
Describe las duras condiciones de vida de la base, en un
laboratorio-vivienda no más sofisticado que una tienda de campaña que solo les
protegía el gélido aire, pero no del frio. Como nos evoca lo duro que debió de
ser para sus predecesores del XIX, y que muchos murieron en esas primeras
expediciones
Para la investigadora, la Antártida es una obra de arte. Un precioso
experimento que la naturaleza ha hecho con pocos elementos. Solo tres colores
el blanco, el negro, y las infinitas tonalidades de azul del hielo, el agua y
el cielo.
A Pepita le fascinan los pingüinos porque forman una sociedad
igualitaria, machos y hembras se reparten las labores y la crianza, forman
parejas estables, además juegan y disfrutan de la vida, toda una declaración de
principios. Reconoce que es la vida que le hubiera gustado vivir, y también que
una científica aventurera como ella, ha tenido que escoger y que la vida no le
ha podido dar tantas alegrías. Todo ello dice mucho de nuestra protagonista.
En definitiva, una mujer fuerte, valiente, buena gestora y que ha sabido
vivir la pasión por la ciencia y la investigación hasta sus últimas
consecuencias. Que prefería dormir en el suelo del laboratorio que en el
dormitorio lleno de hombres roncando, y que conducía un toro de carga, que
compensaba su falta de fuerza física, como si fuera una ligera motocicleta. La
ciencia es un producto de primera necesidad nos dice, cambian las generaciones
y los proyectos, pero si se quiere mirar hacia el futuro, no se puede dejar que
este esfuerzo decaiga
Una entrada muy interesante sobre una de esas personas que muchos no conocíamos pero deberíamos conocer.
ResponderEliminarPor lo que cuentas, Pepita era una persona de voluntad encomiable y de amor incorruptible hacía la Ciencia y la Naturaleza. Con más personas así, el mundo sería otro y sería mejor
Gracias por acercarnos este personaje con esa mezcla de cariño y rigor.
Saludos
Gracias, Miguel Angel 😊
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