Ir al contenido principal

Árbol fruta


Mi visión del mundo está dividida. Por un lado está la arquitecta que trabaja diseñando con cincel y martillo y por la otra está el gen, el ADN. Entre la máquina y el organismo vivo, entre el ensamblaje y el crecimiento, entre Henry Ford y Charles Darwin. Mi trabajo, en su nivel más simple, trata de unir estas dos visiones del mundo, alejándose del ensamblaje y acercándose al crecimiento. Neri Oxman.

    Cuando leí esto pensé: está mujer me gusta, fusiona disciplinas que no acostumbran a ir unidas. Bien, pero no entiendo nada ¿Cómo puede trabajar con organismos vivos que evolucionan y se autoorganizan, y fusionarlos con una máquina inerte creada por el hombre? Así qué me puse a buscar información sobre ella. 

    Neri nació en Israel, como todos nosotros es hija del contexto y de la experiencia. Su infancia transcurrió en la casa familiar rodeada de bosques frondosos, junto a sus padres, los dos arquitectos, y una abuela que le contaba historias de la biblia hebrea. En el servicio militar, que como sabréis es obligatorio en Israel, vivió todo tipo de experiencias que dejaron huella.

    Una de las historias que le contaba su abuela caló hondo y le dio qué pensar. Dice así: En el tercer día de la Creación, Dios manda a la Tierra hacer crecer un árbol frutal cargado de fruta Fijémonos, dice, que Dios manda a la tierra hacer crecer un árbol no crearlo, de manera que para ese primer árbol frutal no habría ninguna diferencia entre tronco, ramas, hojas y frutos. Sería un todo, todo el árbol era una fruta. En cambio, la Tierra hizo crecer árboles con ramas, corteza, tallos y flores. La tierra creó un mundo hecho de partes. Neri se pregunta ¿Cuál sería el diseño si los objetos se hicieran de una sola pieza? 

    A mí todo esto me recuerda la complejidad del filósofo francés Edgar Morin. El todo es más qué la suma de las partes. Una bicicleta no es un montón de pedales, sillines, ruedas, cables, frenos, etc. Es algo más que emerge de la organización y el uso. Un árbol no es la suma de sus partes, es algo más.

    Una de las muchas creaciones de Neri nos permitiría prescindir del plástico. Tan duro como una tapa de inodoro o tan suave como una hoja. Os cuento. Neri, buscó un material orgánico qué le permitiera diseñar un árbol fruta, de una sola pieza, como el del relato bíblico de su abuela. Y lo encontró. 

    El segundo biopolímero más abundante de nuestro planeta se llama quitina. Organismos como camarones, cangrejos, exoesqueletos de insectos, escorpiones y mariposas, producen cien millones de toneladas al año de quitina. Así qué pensó que si pudiera  sintonizar sus propiedades, podría generar estructuras multifuncionales de una sola pieza. Ni corta ni perezosa se puso a ello.

    Pidió un montón de cáscaras de camarón, las molió y produjo pasta de quitosano. Variando las concentraciones químicas, pudo lograr una amplia gama de propiedades de la pasta, desde distintos colores, distintas texturas, distintos grosores, distinta luz pudiendo ser translúcido, opaco o transparente. Y se puso a imprimir en 3D.

    Para imprimir estructuras muy grandes en 3D construyó un sistema con múltiples boquillas de extrusión controladas robóticamente. El robot puede variar las propiedades del material sobre la marcha, igual como lo hace el ADN y crear estructuras hechas de un solo material, de una sola pieza. Otra vez el árbol fruto de la abuela. Y lo más importante, cien por cien reciclable. Pero sigamos.

    Cuando la estructura está lista, se la deja secar para que aflore, en contacto con el aire, su forma natural. Las burbujas de aire que surgen del proceso de impresión se pueden utilizar para incrustar microorganismos fotosintéticos, bacterias diseñadas genéticamente para capturar rápidamente carbono de la atmósfera (el gas principal de efecto invernadero) y convertirlo en azúcar. No está mal.

    Trabajar con material biológico ancestral como la quitina, una de las primeras formas de vida en el planeta, abundante agua y un poco de biología sintética ha  transformado una estructura hecha de cáscaras de camarón en una arquitectura que se comporta como un árbol. Y la mejor parte: para objetos diseñados para degradarse que puestos en el mar, alimentarán la vida marina; y colocados en el suelo, ayudan a crecer un árbol.

    Me fascina la capacidad de Neri para plantearse retos. El entusiasmo que transmite con la certeza de que todo es posible, solo hay que ponerse a ello. Si la buscáis en Internet veréis que con materiales orgánicos, ecología material los llama ella, hace vestidos que se autoorganizan y crecen, literalmente, sobre el cuerpo de las modelos; estructuras arquitectónicas aguahoja o con gusanos de seda, sillones que absorben el ruido y un montón de cosas raras e interesantes, todo lo que hace es alucinante. Estoy segura de que su trabajo apunta hacia un futuro, no muy lejano, en donde podremos disfrutar de árboles fruta en nuestra vida diaria.

    La interdisciplinariedad favorece la floración de nuevos retos. Mezclar ciencia y arte siempre es una buena idea y si además incorporas la tecnología y el diseño, como hace Neri, pueden surgir cosas muy interesantes.

    La complejidad es imprescindible para que  emerjan nuevos conocimientos, nuevas artes, nuevas soluciones y dar una oportunidad a nuestro futuro.

 

Con esta entrada participo como #polivulgador de @hypatiacafe sobre #PVflorecimiento


Comentarios

Entradas populares de este blog

Lo que "me gusta" y lo que "no me gusta" de la ciencia

“me gusta” -El método científico, como método. Que puedo decir que no se haya dicho ya. Es el único que nos da cierta veracidad delante cualquier cuestión. El método científico con sus distintas fases de observación, experimentación, formulación, verificación y comunicación es el mejor método que tenemos hasta ahora, para conocer las leyes que rigen la naturaleza que nos envuelve. Si lo usáramos más a menudo en nuestro día a día posiblemente tomaríamos mejores decisiones. Además, preferir la búsqueda de la realidad objetiva a la revelación es otra manera de satisfacer el anhelo de transcendencia, Me gusta el mètodo -La física. Es el origen, todo es física. Todo lo que somos y lo que sabemos es física. Me fascina, sin más. Desde lo más pequeño, mecánica cuántica, lo gigantesco, la cosmología y lo complejo como el cerebro humano. La física une todo el conocimiento. Me gusta hablar de física -El optimismo de la ciencia – La ciencia es futuro y el futuro tiene la opción de me...

¿Que es una Ligubia?

¿Que es una LIGUBIA? Me he inventado un hermoso y sabroso transgénico, políticamente incorrecto según para quien, pero sumamente tentador . Os presento a mi LIGUBIA, híbrido entre higo y alubia, ¿os lo imagináis? Me pregunte qué genes serian recesivos y cuales dominantes, cuál sería su fenotipo, si necesitaría mucha agua para sobrevivir o si sería mejor árbol que arbusto. Tenéis que verme en el laboratorio, activando y desactivando genes.                Preferiblemente mejor crear un arbusto mediano, el Ligubial, ya que el árbol de tipo higuera pierde productividad, debido a sus grandes raíces. Sera un arbusto con hojas de verde intenso, carnosas y con algo de pelusilla. Soportará el calor y la falta de agua, propiedad de la familia de los ficus a la que pertenecen las higueras. Nos ira bien que sea fuerte, porque hay que enfrentarse al destructivo calentamiento global. También será resistente a las enfermedades y a las plagas que normal...

El legado

  Es una buena arqueóloga, por lo que no le interesa nada que no se pueda demostrar con pruebas, pero reconoce tener una conexión totalmente irracional con Çatalhöyük. Lo que no podía imaginar es que su pasión por ella la pudiera poner en peligro.     Esa ciudad del Neolítico desafía todo entendimiento. Lo poco que se ha excavado revela una sociedad que en nada seguía las normas que cabría esperar desde la perspectiva del siglo XX.      El trabajo de campo es duro, pero le gusta. Olor a tierra; polvo en las fosas nasales; pestañas teñidas de ocre; estrías en la piel; sudor; dolor de espalda. No obstante, todo merece la pena cuando se encuentra una evidencia, aunque sea minúscula.      Ese día, llevaba demasiado tiempo arrodillada en la tierra, y se sentó en el suelo con las piernas cruzadas. Un halo de luz reflejado en el sudor en suspensión sobre sus pestañas le iluminó un pequeño bulto que sobresalía a su...

Dibujos alfanuméricos

Observé con detenimiento la fotografía del periódico. En ella estaba Maryam de rodillas, en el suelo, haciendo dibujos extraños sobre un papel que iba desenrollando como un cucurucho. Podría ser una bobina de papel de embalaje si no fuera porque era blanco y con líneas verdes. Me pregunté qué estaría haciendo. Esos dibujos me recordaron el día en que Maryam pidió verme en mi despacho y tomé una de las mejores decisiones de mi vida como directora del colegio. Habían transcurrido más de 30 años.             Ese día, a pesar de ser ya una mujer, se la veía pequeñita sentada en el sillón de la sala de espera. Toda ella era menuda que no frágil. Le pedí disculpas. No me había olvidado de nuestra cita —le dije—. Me retrasó el desordenado tráfico de Teherán. Pero Maryam llevaba más de una hora esperando y la tensión se reflejaba en su joven rostro.             Maryam se levantó y me siguió al de...