Insalivo mientras imagino un
suculento bocadillo de jamón ibérico, lechuga y tomate. Tengo hambre.
Pienso,
que todos los ingredientes que lo componen como la lechuga, el tomate, el cerdo
del que salió el jamón, la levadura que se empleó en el pan, los microbios que
seguramente andarán en su superficie, y yo misma qué anhelo comérmelo, todo, surgió
de una única unión entre dos bichitos.
Una
unión que ocurrió hace aproximadamente 2000 millones años entre una bacteria y
una arquea. Somos el resultado del pacto entre dos insignificantes microbios.
Sin embargo, ahora ya no me lo parecen, insignificantes quiero decir. Se está
casi seguro de que unieron sus genes por simbiosis, pero todavía no se sabe
cuál fue el contexto que facilitó tal unión. Lo que es seguro, es que ese par
de bichos no imaginaron las consecuencias de su inaudita intimidad.
En
los 4000 millones de años, qué hace qué existen animales unicelulares
(procariotas), solo ocurrió en esta ocasión. Bacterias y arqueas han
evolucionado a gran velocidad desde esa unión, pero nunca han vuelto a
fusionarse.
¿Os
imagináis si lo hubieran vuelto hacer? ¿Qué hubiera ocurrido? Se me
ocurren unos cuantos argumentos para emocionantes pelis de ciencia ficción. ¿A
vosotros no?
Con esta entrada participo como #polivulgador en @hypatiacafe con el tema #PVmicrobios
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